miércoles, 22 de octubre de 2014

Los Juegos de la Comadreja: Capitulo 2


El sonido de un cañón me despierta. Perpleja por el susto, me incorporo en el suelo, y observo mi alrededor, intentando notar si algo ha cambiado mientras dormía. Por suerte todo sigue igual. Así que me levanto y decido explorar el bosque para poder encontrar algo de comida. Una vez fuera de mi escondrijo, me dirijo hacia el corazón del bosque. Por el momento, todo parece muy tranquilo, <<Que raro, pensaba que estaría repleto de profesionales>> pienso. Sigo avanzando, recolectando y comiendo algunas bayas (que creo que no son venenosas).
De repente, escucho una risa, lo que hace que se me paralice todo el cuerpo.<<Seguramente sean profesionales>>. Segundos después la vuelvo a escuchar, esta vez más cerca, aproximándose. Dirigiéndose hacia a mí. Rápidamente, empiezo a buscar un árbol lo bastante fuerte como para poder soportar mi peso. A duras penas, subo a un árbol cualquiera. ¡NO ME QUEDA TIEMPO! Cuando estoy lo suficientemente alto, para que no noten mi presencia si no prestan mucha atención, me acomodo en una rama cualquiera. Poco a poco, voy oyendo el resquebrajarse de las ramas bajo las botas de los tributos más próximos <<Se me aproximan>>, pero también oigo al más cerca mía, como el romper de una rama. Rápidamente, doy media vuelta sobre mi para comprobar si hay alguien detrás mía. Otra vez escucho el sonido, que raro. Un segundo después, caigo al suelo, amortiguando el golpe con mi pierna. ¡HE HECHO MUCHO RUIDO, VAN A DESCUBRIRME! Es lo primero que pienso. Intento levantarme lo más rápido que mis pequeñas piernas me permite, pero cuando estoy alzándome, empiezo a sentir un gran dolor muy agudo en una de mis rodillas, lo que hace que solo pueda intentar esconderme en unos de los arbustos más cercanos, arrastrándome por el suelo como una serpiente. <<Se acercan. Puedo oírlos>>. Mi corazón se acelera.<<No creo estar lo suficientemente bien escondida como para que no me noten>>. Poco a poco, empiezo a ver como varias piernas pasan por delante de la maleza en la que me escondo. <<Mis perseguidores>>.
-¿De dónde procedía el sonido? Yo no veo a nadie- dice la rubia.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, no he pasado inadvertida.
-Seguramente se haya ido. No sería muy lógico quedarse, sabiendo que veníamos-dice Peeta, el chico del distrito 12.
-Podrá ser. Vamos, antes de que ataquen la Cornucopia-dice la chica de los cuchillos.
Una vez que ya se han ido y no se les escucha, me siento, examinando mi rodilla izquierda. Cada vez que intento ponerme de pie un dolor terrible la recorre. Creo que he sufrido una luxación en ella, ya que no tiene aspecto de rotura. Poco después, intento poner la rodilla en su sitio, pero no tengo suficiente fuerza como para lograrlo. Así que me levanto, apoyándome en un árbol, y me preparo para darme un golpe seco en la pierna. <<Debo aguantar>> Me golpeo la rodilla fuertemente contra el árbol, aguantando mis ganas de gritar de dolor, y por fin consigo colocarla en su sitio. Una vez sentada en el suelo por el dolor, me limpio la cara con la mano, ya que la tengo empapada en lágrimas, pero aunque me duele la rodilla, no puedo permitirme hacer ruido, por lo que reprimo mis ganas de llorar, lo que hace que suelte algunos sollozos silenciosos.

Espero que les haya gustadoo, la semana que viene será el próximos.
Besos :)) 

Los juegos de la Comadreja: Capítulo 6



El sol empieza ha alzarse sobre mi cabeza. Durante el camino de vuelta, no puedo dejar de pensar en Peeta. Una parte de mi quiere correr en su ayuda, protegerlo de los profesionales, pero por otra parte, quiero concentrarme en seguir mi objetivo, lograrlo, por lo que si ayudo a Peeta, puedo correr mucho peligro, y perder la vida en el intento. Ambas opciones son persuasivas, pero hay diferencias: la primera opción es más peligrosa, por el simple hecho de estar más expuesta a mis enemigos, la segunda opción también puede resultar cara, si tenemos en cuenta que han estado a punto de matarme una vez y no se sabe cuantas más de aquí en adelante. La cabeza me da vueltas. Estoy algo mareada por la perdida de sangre, además he de destacar que no he comido nada desde bien entrada la noche, y esta paranoia que yo sola estoy formando dentro de mi cabeza no me ayuda mucho, que digamos. Despejo mi mente, concentrándome en lo básico, llegar viva a la cornucopia, y si es posible, acercarme al lago y lavarme un poco el pelo, que lo tengo un poco tieso. Salteando rocas y pequeñas ramas, como de costumbre, consigo llegar hasta mi destino. La rabia me consume. El chico del tres que han casi mato pero que deje con vida por piedad esta vivo, entre los profesionales. Sin precaución ninguna, empiezo ha avanzar entre el follaje de los pocos árboles que se hallan ante mí. Con paso decidido, subo a unos de los árboles que están al linde del bosque. Olvidando por completo que tengo pocas posibilidades de escapar con vida si me atrapan. Alzo ambos brazos, sujetándome a la rama más alta que consigo alcanzar. Hago esfuerzo en ambas manos, levantándome del suelo, apoyo una rodilla en la rama de la mano derecha y termino de subir. Me acuclillo en rama, que por ahora no da indicios sobre que no soporte mi peso. Desde mi posición consigo verlo todo, cada milímetro de la cornucopia y sus alrededores. A mi derecha se haya la gran montaña de comida, en la cual se ve que hay menos comida. Delante de mí,a lo lejos, se halla la cornucopia, dorada, reluciendo bajo los débiles rayos de sol. Y por último, a mi izquierda se halla el lago, donde los tres últimos profesionales se reúnen entorno al chico del tres, al que debería haber matado tiempo atrás. Todos ellos hacen lo posible para salvarle la vida a su amigo, mientras yo estoy aquí sentada, deseándole lo peor, que por culpa de mi debilidad no conseguí matarle cuando podía. La sangre de su cabeza empieza ha crear un pequeño charco de sangre a su alrededor, lo que indica que no hace mucho que han llegado aquí de haberlo encontrado moribundo en el bosque. Para de sangrar antes de lo que me esperaba, por lo que el chico del uno lo retira, y se dispone a llevarlo hacia un pequeño campamento que han montado cerca de la montaña, casi en el centro del claro. Lo deja allí donde los dos restantes se reúnen con él. Empiezan ha susurran, por lo que no puedo enterarme de lo que hablan, pero supongo que es sobre que van ha hacer ahora que su aliado esta inconsciente en el suelo. También estarán hablando sobre quién se quedara con él, ya que la expresión del dos muestra que esta muy alterado, y empieza ha alejarse de allí. Al final se queda Clove, la chica del dos, ya que su compañero de distrito parece ser el líder de aquella alianza, por lo que no iba a quedarse con él, mientras en el bosque hay tributos a los que matar, como Peeta. No se lo que paso ni como actuó, pero para que lo echen de su alianza y casi lo maten, grave debía de ser. Los dos chicos se marchan, y dejan a Clove sola, que más tarde, cuando se había asegurado de que estaban lo suficientemente lejos como para no oírla, empieza ha maldecir a sus compañeros a voz en grito, sin importarle si le atacan o no. Llevo varios días sin mirar al cielo por la noche para saber los tributos caídos en esa noche, contar los que quedamos, por los que supongo que quedaremos unos diez, más o menos. Poco después de acabar su berrinche contra todo, el del tres se despierte. Mis piernas se empiezan a dormir por lo que decido sentarme en la rama, con las piernas hacia abajo. Algo entumecido, el chico se incorpora, y empieza ha llamar a su amiga. No sé si se ha despertado por los gritos de Clove o por qué, pero creo que ella tiene que darle una explicación sobre lo que ha pasado. Con mala gana, ella se acerca a su posición y empieza ha relatarle todo lo sucedido. Cuando termina, le pregunta quién le hizo esa herida. Rápidamente agacha la cabeza, negándose a contestar la pregunta. <<Tiene demasiado orgullo como para decir que he sido yo>>. Sin decir una palabra, ella se aleja, con sus cuchillos en la mano, y se coloca cerca del algo, lejos de él. Timando la misma iniciativa, hace lo mismo, aunque primero se empieza ha rebuscar entre las pocas armas restantes. Coge un lanza, no muy larga, y se dirige hacia la cornucopia. Sobre la zona en la que en este mismo instante están situados, es en la que permanecen durante horas y horas, mientras poco a poco, voy desesperándome cada vez más. Cerca de las doce del mediodía, los dos chicos aparecen allí. El compañero de Clove se encuentra algo enfadado, por lo que es imposible intentar hablar con él sin que empiece ha culparte de todo, gritándote como si fuera el fin del mundo. Cansados de tanta discusión, se dirigen hacia sus provisiones. Donde con anterioridad había pequeñas piedras en el suelo, empiezan ha cavar. Cuando tienen la mitad de ellos hecho, el chico del tres y el del dos se dirigen hacia la cornucopia, y con sumo cuidado, cogen cada uno una mina y la lleva hacia donde están los hoyos. Primorosamente colocan las minas dentro, el chico del tres se acerca, toca algo de la mina, empiezan ha echan arena al hoyo hasta taparlo y hacen una pequeña equis en los lugares en los que no hay minas. Este procedimiento lo hacen hasta que no queda ninguna mina. Ahora robar comida no será tan fácil, por lo que me concentro en los lugares marcados, intentando acordarme de algún camino lo suficientemente apartado como para que en un momento de distracción pueda recorrer el camino, ida y vuelta, sin saltar por los aires y conseguir comida. Los profesionales empiezan ha practicar, uno a uno, para poder hacer un camino fácil. Por un instante, se me ocurre ver un camino fácil y un poco apartado. Con cuidado, bajo del árbol. Las piernas las tengo un poco dormidas, lo que hace que vaya un poquito lento hacia el principio del camino. Me adentro un poco en el bosque. Aunque estoy haciendo algo de ruido, los profesionales están tan enfrascados en su trabajo que parecen haber desconectado del mundo que los rodea. Una vez que estoy detrás del camino escogido, me dirijo hacia él. Me paro al borde de la espesura, comprobando que el trayecto hacia las provisiones es correcto. Una sonrisa ilumina mi cara. Es demasiado correcto como para ser verdad.  


Espero que les halla gustado.
Besos.
La próxima semana el siguiente :)

lunes, 30 de junio de 2014

Personaje Ficticio #4: Lena Duchannes

La entrada sobre este personaje tiene SPOILER, ya que es necesario para completar algunos campos.


Nombre: Josephine Duchannes.
Apodo: Lena o "L" para Ethan.
Descripción física: Es una chica alta, con el pelo de color marrón oscuro y piel blanca. El color de sus ojos va cambiando según el libro en el cual te encuentras: en el primero, sus ojos son marrones; en el segundo, son uno amarillo y otro verde, en el tercero, son también verdes y amarillos; y en el cuarto y último libro, son de color verde. Sus manos son pequeñas y suaves.
Descripción psicológica: Es una chica fuerte, que no se deja intimidar por nada. No le importa lo que las personas de su instituto piensen de ella, ya que las odia desde el primer día de clase. Tiene miedo de su decimosexto cumpleaños, ya que es cuando será llamada hacia la luz o la oscuridad, además de no saber nada sobre la profecía. Es muy independiente, debido a que ha crecido sin sus padres solo con sus tíos. es amable y simpática, siempre ayudando a su familia. Cuando pierde a algún familiar se vuelve solitaria, fría e insensible, ya que se culpa a ella por su muerte. Le encanta pasar horas leyendo, sobre todo poesía.
Libros en los que aparece: Saga "Las dieciséis lunas" o "Las crónicas casters".
Autor/Autora de el/los libros: En este caso, los libro han sido escritos por dos personas Kami Garcia y Margaret Stohl.
Actor/Actriz que la interpreta: Alice Englert (es co-protagonista)
Frases:
-Tú no sabes nada sobre mí. Tú no sabes como realmente soy por dentro.
-La soledad consiste en abrazar a quién más amas, sabiendo que podrías no volver a hacerlo nunca jamás.
-Querer que algo suceda con desesperación no basta para lograr que suceda.
-Los corazones se irán y las estrellas correrán detrás de ellos, uno está hueco y el otro roto.
Opinión personal: Creo que Lena es una persona que lucha por lo que quiere y nunca se rinde. Es un modelo que persona que ahora se está perdiendo, ya que muchas personas no luchan por las cosas. Ella nunca se da por vencido, lo que es una de mis características preferidas. A mí me gusta mucho este personaje porque quiere tener una vida normal, fuera de lo caster, y tiene que pasar muchos baches para al final poder conseguirlo. Siempre le pasa algo, por lo que al final le coger cariño y te es imposible no sentirlo.Pienso que estos libros están muy chulos y que deberían leerlos más personas.


Espero que os haya gustado esta entrada.
Si queréis que lo haga sobre algún personaje en concreto, solo tenéis que ponerlo en los comentarios.
Besitos.

miércoles, 18 de junio de 2014

Personaje Fciticio #3 : Jonathan Christopher Morgenstern

Holiiis ^^ Llevamos mucho tiempo sin subir nada, y la verdad es que realmente no hemos podido debido a los exámenes finales, trabajos, etc. Así que os dejo aquí el tercer personaje ficticio.
Realmente no sé como hablar sobre este personaje (Jonathan Christopher Morgenstern) sin dar spoiler, así que si te has leído la saga de Cazadores de Sombras o no te importa recibir spoilers, adelante, dadle a más información para leer la entrada :D
PD: Si quieres que hagamos una entrada sobre un personaje ficticio en concreto, deja un comentario con el nombre del personaje y el libro al que pertenece. (Aunque por ahora solo hayamos hecho de chicos puede ser de chicas). Íbamos a poner una encuesta para que votarais el personaje pero no nos funcionan las encuestas, pero si queréis dejad el comentario ;)
REPITO, ESTA ENTRADA TIENE MUCHOS SPOILERS DE LA SAGA DE CAZADORES DE SOMBRAS.

viernes, 23 de mayo de 2014

PERSONAJE FICTICIO #2 : Augustus Waters


Nombre: Augustus Waters
Apodos: Gus
Libro: Bajo la misma estrella
Lugar de procedimiento:
Descripción física: Gus es un chico alto, de pelo oscuro (castaño si no recuerdo mal)y ojos azules. Tiene una sola pierna, debido al cáncer que le hizo perder la otra. Es descrito como un chico atractivo 
Descripción psicologica: Es inteligente,amable. Tiene miedo al olvido. Se preocupa mucho por su amigo Isaac, por el cual asiste al grupo de
apoyo en el que conoce a Hazel, de la que se enamora. 
Autor/Autora del libro en el que aparece: Jhon Green
Frases:
"Los cigarrillos no te matan si no los enciendes"
"Es una metáfora; te colocas el arma asesina entre los dientes pero no le concedes el poder de matarte"
"No puede elegir si van a hacerte daño en esta vida, pero si eliges quien te lo hace. Me gustan mis elecciones. Y espero que a ella le gusten las suyas"
"Es tan probable que hagamos daño al universo como que lo ayudemos, pero probablemente no haremos ninguna de las dos cosas"
"Estoy enamorado de ti,Hazel Grace, y no me apetece privarme del sencillo placer de decir la verdad. Estoy enamorado de ti y sé que el amor es sólo un grito al vacío, que es inevitable el olvido que estamos todos condenados y que llegará el día en que todos nuestros esfuerzos volverán al polvo. Y sé que el sol engullirá la única tierra que vamos a tener, y estoy enamorado de ti"
"Me gusta esta vida, Hazel Grace"
"Sería un privilegio que me rompieras el corazón, Hazel Grace"
"Estoy en una montaña rusa que no hace más que subir y subir"
"El mundo no es una máquina de conceder deseos, Hazel Grace"
¿Actor que lo interpreta? Ansel Elgort
Opinión personal: Gus es uno de mis personajes favoritos de "Bajo la misma estrella" Es un personaje que me gustó desde el primer momento, me gustan los aspectos en los que se preocupa por lo demás, tanto por Isaac como por Hazel, el hecho de que esté en el grupo de apoyo por Isaac y demás. 
A PARTIR DE AQUÍ LO ESCRITO PUEDE SER CONSIDERADO SPOILER.AVISO.
Dale a más información para seguir leyendo

lunes, 21 de abril de 2014

Personaje ficticio (real para mí) #1: Tobi4s Eaton




Nombre: Tobi4s Eaton.
Apodos: Cuatro (¿Cómo el número? Pues sí)
Libros: Trilogía Divergente de Veronica Roth.
Lugar de procedimiento: Chicago (en el futuro, distópico)
Descripción física: Es una persona musculosa, de pelo oscuro, ojos azules, piel blanca pero no demasiado y es muy alto. Tiene un gran tatuaje que le ocupa toda la espalda, los hombros y la parte de detrás del cuello, donde tiene dibujadas las cinco facciones (osadía, abnegación, verdad, erudción y cordialidad). Los detalles son de color negro, donde deja ver el color de la espalda.
Descirpción psicológica: Es egocéntrico, egoísta, ambicioso, valiente y agresivo. Cuando está con Tris su actitud cambia y se vuelve sobreprotector, cariñoso y posesivo con ella. Siempre se preocupa por ella pero a veces la trata como una niña pequeña.
Frases:
"-El miedo no te apaga, sino que te despierta, lo he visto, es fascinante."
"-Se valiente, Tris."
"-Bienvenida a osadía."
"-Me llamo Cuatro.
-¿Cuatro?¿Cómo el número?.
-Sí, ¿algún problema?"
"-Ella no es bonita, esa palabra es muy pequeña. Ella es fuerte, y sus ojos demandan atención. Mirarla es como despertar."
"-Piensas que mi primer instinto es protegerte porque eres una estirada, pero mi primer instinto es empujarte hasta que te rompas."


Actor que lo interpreta: THEO JAMES *-* LO ADORO.
Opinión personal: a mí me ha cautivado desde el primer momento. Cuatro es un poco desagradable MUCHAS veces pero es perfecto, en cierto sentido. Su ego hace que lo odies y lo desprecies, pero siempre te acaba enamorando.




Espero que os halla gustado.



PD: Cuatro es mío y solo mío, como alguien lo toque que corra.


martes, 8 de abril de 2014

Proyecto: PERSONAJE FICTICIO DE LA SEMANA

¡Hola! Bueno, pues comentaros que catching fire y yo hemos pensado que a partir de esta semana, cada domingo de subiremos una entrada dedicada a un personaje ficticio, en la que pondremos los datos básicos de dicho personaje: fotos, el libro en el que aparece... y nuestra opinión personal de dicho personaje.
Los personajes por ahora los iremos eligiendo nosotras, cada semana una elegirá uno y subirá la entrada, pero si queréis que subamos uno en concreto decírnoslos mediante un comentario o por twitter en @PeetaEverllark (pincha en el user para ver el  perfil) 

domingo, 6 de abril de 2014

La vida de Peeta antes de los Juegos: Capítulo 8

Después de bastante tiempo sin publicar ningún capítulo de ''La vida de Peeta antes de los Juegos'' hoy por fin hemos publicado otro. Hace tiempo que decidí dar este fanfic por acabado, y no seguir publicándolo, pero he decidido darle otra oportunidad y publicar un capítulo más. No sé si después de este habrá otros, pero por ahora publico este. Espero que os guste :)


miércoles, 12 de febrero de 2014

Los Juegos de la Comadreja: Capítulo 10

Me acurruco junto a un arbusto y empiezo a dar pequeñas cabezadas, mientras espero al alba. El tiempo pasa rápido, pero no dejo de estar nerviosa, no sé qué puede ocurrir allí. Antes de la hora acordada, me levanto y me dirijo y hacia la cornucopia, ya que creo que estaré más segura, cojo lo que es mío y me marcho sin llamar mucho la atención. El bosque se encuentra en estos  momentos en silencio, solo se escuchan mis pisadas sobre las hojas secas del suelo. No me encuentro demasiado segura con tanto silencio, todo está demasiado tranquilo. Por si acaso, voy girando continuamente la cabeza hacia ambos lados, pero eso conlleva que me vaya mareando debido a la velocidad a la que giro la cabeza. Cuando los árboles empiezan a estar más dispersos dejo de mirar hacia los lados, me concentro en mi objetivo. Empiezo a andar de rodillas, arrastrándome por el suelo, por lo que si miran en mi dirección, mi cuerpo no será más que un pequeño bulto en el suelo, podría parecer una roca. Cuando llego a la linde del bosque me duelen las rodillas, había demasiadas piedras pequeñas por el camino. Todavía no hay nada a la vista que aclare nada sobre el banquete, así que me adentro un poco en el bosque y me siento a esperar. Unos segundo más tarde,  sale una mesa del suelo. Sobresaltada, me incorporo, deseando averiguar más sobre lo ocurrido. Sobre esta se encuentran varias bolsas de diferentes colores y tamaños. En el centro de cada una de ellas se halla el número de cada distrito. Mi estómago ruge, necesito esa bolsa y rápido.  Mi distrito es el cinco, mi bolsa no es que sea muy grande, pero es lo suficientemente espaciosa para que contenga comida para algunos días. Es de color verde, por lo que se disimulará bien dentro del bosque. Antes de que pueda aparecer alguien me levanto y salgo corriendo para cogerla. Voy chocándome contra alguna de las ramas que se encuentran a mi paso, pero eso no me detiene, mi  objetivo es prioritario. Cuando llego junto a la mesa, cojo la bolsa de color verde y sigo corriendo en línea recta, aunque más tarde tenga que dar la vuelta para volver a la parte del bosque conocida, lo principal es pasar desapercibida. Cuando estoy otra vez dentro del bosque, escucho como alguien grita. Mi curiosidad puede conmigo, así que me giro y empiezo a inspeccionar lo que ocurre. Katniss, la chica del doce, se encuentra en el suelo, bajo el peso de la chica del dos, la que tira los cuchillos. Quiero ayudarla pero eso sería ponerme en peligro, me giro y sigo andando, ignorando lo que ocurre a mis espaldas. Cuando ya me he adentrado lo suficiente, me siento en medio de un claro y abro la bolsa. En su interior, hay una pequeña cantimplora de agua, llena, y un pequeño trozo de pan. Quizá no sea lo mejor que haya podido comer a lo largo de mi estancia aquí, pero es comida y se agradece. Saco el pan y le doy un pequeño bocado, pero tengo tanta hambre que acabo por comerme medio. Después saco la cantimplora, y don un trago. Es el mejor agua que he probado en mucho tiempo, ya que la del río estaba asquerosa. Poder comer de nuevo es lo mejor que hay, y con esa escusa, dejo que el tiempo pase mientras me dejo llevar por el cansancio. Cuando el sol se alza sobre mi cabeza, me levanto a estirar las piernas. Me doy la vuelta me dirijo hacia la otra parte del bosque, la conocida. Aunque estoy alerta, no parece que nadie quiera salir a atacarme, ya que seguramente todos hayamos acudido al extraño banquete. Seguramente estarán todos mirando lo que contiene la bolsa. Sin pensarlo, giro hacia la izquierda y salgo por el claro que hay detrás del bosque. Me acerco al riachuelo, me lavo la cara y me refresco los brazos. Más tarde, agarro con ambas manos la rama de un árbol y me subo en él. Pego la espalda al tronco para poder estirar las piernas y descansar. Anochece antes de lo esperado, por lo que todo está a oscuras. A tientas abro la mochila para terminarme lo que me quedaba, pero en ese momento suena un cañón. Me coge desprevenida, por lo que se me cae el pequeño trozo de pan que tenía. Dirijo la mirada al cielo, ya que no tengo otra cosa mejor que hacer, y veo las fotos de los tributos que hoy han caído. Solo hay tres; solos recuerdo a dos, Tresh, el chico del once, no lo conocía mucho pero era bueno, y Clove, la chica del dos, ella no me da lástima. Busco la cantimplora, pero no la encuentro ya que debí de dejármela cuando paré. La noche se me hace muy larga, más de lo normal, y no puedo conciliar el sueño. Vuelvo a tener hambre, ya que antes no pude comer. A lo lejos se oye el canto de los sinsajos, lo que me ayuda a tranquilizarme y adormilarme. Mientras va amaneciendo, el sol me da en la cara, así que entrecierro los ojos. Me duele la barriga, mis ganas de llegar al final disminuyen. No quiero seguir allí dentro. Solo quedamos cuatro, no creo que tenga ninguna posibilidad, pero tampoco quiero darle el gusto de matarme a alguno de los tres. Llego a una conclusión, quiero suicidarme. Me bajo del árbol, decidida. Segundos más tarde escucho voces, provenientes de detrás de mi espalda. Decido dirigirme hacia ellos, solo para cotillear. Son los del doce. Ella se dirige hacia mí, hacia el interior del bosque, arco en mano, mientras que el va hacia abajo, hacia otra parte del bosque, pero lleva la mochila. La esquivo a ella y empiezo a seguirle sin que se dé cuenta. Cuando ya nos hemos adentrado un poco en aquella parte bosque, se quita la mochila y la coloca en el suelo. Con cuidado, la abro y veo que en el interior hay un poco de queso y de pan. ¡Me muero de hambre! Me dejo llevar y cojo un poco de ambos. Si voy a morir, quiero morir a gusto. Cierro la mochila, sin que lo note, y le busco. Está agachado recogiendo unas bayas pequeñas, redondas, moradas. Jaulas de noche. Parece que no sabe que son venenosas, antes de poder tragarte una ya habría muerto por intoxicación. Mi arma perfecta. Con sigilo, me acerco hacia el pequeño arbusto, ya que él se ha desplazado al de al lado. Estiro la mano y cojo una. La muerte entre mis manos. Cojo una bocanada de aire. Tengo miedo, pánico, pero debo hacerlo. Cierro los ojos, me llevo la mano a la boca, suelto la baya y la muerdo, adentrándome en un sueño del que nunca podré despertar.

FIN

Muchísimas gracias a todos los que me habéis leído hasta el final.
Muchos besos. 

domingo, 12 de enero de 2014

Los Juegos de la Comadreja. Capítulo 9

Empiezo a pasar de un árbol a otro, sin preocuparme del ruido que pueda causar, ya que lo más importante es salir con vida. Miro hacia abajo y veo como Cato corta todas las ramas que se interponen en su camino, mira cada segundo hacia mi posición, me sigue, se equivoca de dirección, rectifica. Parece que no quiere dejarme marchar. Pero eso no me ha parar, ya que seguramente subiría hacia mí en un abrir y cerrar de ojos. Cada vez que bajo la mirada está más cerca, no puedo parar. Me estoy adentrando cada vez más en el bosque, cada vez me cuesta más trabajo seguir avanzando, me voy cortando las palmas de las manos. Mi sangre va cayendo mientras con ellas mancho el tronco del árbol. Sin darme cuenta me encuentro en el linde del bosque, en el claro donde se encuentra la cornucopia. Me encuentro en el lado opuesto de donde anteriormente había estado la montaña de comida, la cornucopia esta cerca de mí, pero está muy alejada de los árboles, pero me da igual, salto hacia ella como si en un vano intento quisiera alcanzarla. Cuando caigo al suelo, empiezo a rodar, pero me incorporo rápidamente. Cato está muy cerca de mí, por lo que me dirijo en línea recta hacia el bosque que se haya frente a mí, una parte que no había explorado y en la que tendré que aprender a sobrevivir durante un tiempo. Cato empieza a llamar a Clove a gritos. Creo recordar que Clove es la chica de los cuchillos y su compañera de distrito. Sigue llamándola pero no aparece por ninguna parte, así que decide centrarse en mí. Estoy fatigada de tanto correr y pasar de un árbol a otro. Mientras yo voy reduciendo la velocidad de mis pasos, él parece haberse recuperado y aumenta la suya. La distancia entre el boque y yo parece interminable, cada vez parece haber más y cansancio aumenta por segundos. Me centro en correr y no volver la vista atrás, pensando que pronto estaré rodeada de árboles y será mi oportunidad de esquinazo. Me introduzco dentro del boque y me dirijo, como siempre, hacia el corazón del bosque. En esta parte del bosque hay muchas ramas bajas, así que tengo que correr la mayor parte del tiempo inclinada hacia delante. Empiezo a mirar de reojo  por si encuentro algo que pueda servirme, veo una rama un poco gruesa. Me dirijo hacia ella, me arrodillo para cogerla, pero Cato me intenta agarrar de la chaqueta, pero consigo escabullirme, agarrar la rama y correr hacia delante. Cuando empieza a seguirme de nuevo, me paro y doy media vuelta. Como lo he hecho de forma muy rápida, no le da tiempo a pararse, por lo que cuando con ambas manos me llevo la rama hacia atrás y le doy con ella con la cabeza, cae en el suelo y se queda inconsciente. Suelto la rama en el suelo, y empiezo a caminar hacia la derecha, para dirigirme a la parte del bosque que sé demasiado bien. Mientras camino, Clove empieza a llamar a Cato, pero como ve que no le responde, decide ir a buscarlo. Se dirige hacia donde antes había estado la montaña. Me vuelvo hacia atrás para coger la rama, ya que si me la encuentro puede volver a servirme. Empiezo a aligerar el paso, ya que el sol se está poniendo. Antes de lo previsto llego a mi destino, y por suerte, no me he cruzado con ella. Llevo tiempo sin comer, por lo que dispongo a buscar comida. Empieza a mirar por los arbustos y árboles, pero no encuentro nada. Es muy extraño, ya que antes todo estaba recubierto de bayas comestibles. Al cabo de una hora, más o menos, encuentro un arbusto con pequeñas bayas moradas, así que me dirijo a él corriendo. Cuando llego, me doy cuenta de que son bayas venenosas llamadas Jaulas de Noche. Cada vez tengo más hambre y sed y no puedo encontrar nada que pueda servirme. Cuando todo está ya demasiado oscuro para ver, me tumbo al pie de un árbol, me llevo las rodillas al pecho y me quedo así durante toda la noche. El hambre me asecha y no consigo dormirme. Con cada minuto que pasa y no tengo comida, mis ilusiones de sobrevivir  y  salir de este sitio disminuyen. Cuando el sueño empieza a apoderarse de mí, una voz resuena por toda la arena. Claudius Templesmith es quien habla, y nos invita a todos a un banquete. Aunque suena tentador, no sé si ir ya que sería como otro baño de sangre en el que acabaría muerta, pero a continuación dice:
-Una cosa más: puede que algunos estéis ya rechazando mi invitación, pero no se trata de un banquete normal. Cada uno de vosotros necesita algo desesperadamente.-Claro que necesito algo, necesito comida- En la cornucopia, al alba, encontraréis lo que necesitáis en una mochila marcada con el número de vuestro distrito. Pensadlo bien antes de destacarlo. Para algunos, será vuestra última oportunidad.
La idea es demasiado tentadora para dejarla marchar, por lo que me dispongo a dormir un poco, para que después pueda coger mi mochila y sobrevivir unos días más. Quien sabe, quizá esta será mi oportunidad.