miércoles, 22 de octubre de 2014

Los Juegos de la Comadreja: Capitulo 2


El sonido de un cañón me despierta. Perpleja por el susto, me incorporo en el suelo, y observo mi alrededor, intentando notar si algo ha cambiado mientras dormía. Por suerte todo sigue igual. Así que me levanto y decido explorar el bosque para poder encontrar algo de comida. Una vez fuera de mi escondrijo, me dirijo hacia el corazón del bosque. Por el momento, todo parece muy tranquilo, <<Que raro, pensaba que estaría repleto de profesionales>> pienso. Sigo avanzando, recolectando y comiendo algunas bayas (que creo que no son venenosas).
De repente, escucho una risa, lo que hace que se me paralice todo el cuerpo.<<Seguramente sean profesionales>>. Segundos después la vuelvo a escuchar, esta vez más cerca, aproximándose. Dirigiéndose hacia a mí. Rápidamente, empiezo a buscar un árbol lo bastante fuerte como para poder soportar mi peso. A duras penas, subo a un árbol cualquiera. ¡NO ME QUEDA TIEMPO! Cuando estoy lo suficientemente alto, para que no noten mi presencia si no prestan mucha atención, me acomodo en una rama cualquiera. Poco a poco, voy oyendo el resquebrajarse de las ramas bajo las botas de los tributos más próximos <<Se me aproximan>>, pero también oigo al más cerca mía, como el romper de una rama. Rápidamente, doy media vuelta sobre mi para comprobar si hay alguien detrás mía. Otra vez escucho el sonido, que raro. Un segundo después, caigo al suelo, amortiguando el golpe con mi pierna. ¡HE HECHO MUCHO RUIDO, VAN A DESCUBRIRME! Es lo primero que pienso. Intento levantarme lo más rápido que mis pequeñas piernas me permite, pero cuando estoy alzándome, empiezo a sentir un gran dolor muy agudo en una de mis rodillas, lo que hace que solo pueda intentar esconderme en unos de los arbustos más cercanos, arrastrándome por el suelo como una serpiente. <<Se acercan. Puedo oírlos>>. Mi corazón se acelera.<<No creo estar lo suficientemente bien escondida como para que no me noten>>. Poco a poco, empiezo a ver como varias piernas pasan por delante de la maleza en la que me escondo. <<Mis perseguidores>>.
-¿De dónde procedía el sonido? Yo no veo a nadie- dice la rubia.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, no he pasado inadvertida.
-Seguramente se haya ido. No sería muy lógico quedarse, sabiendo que veníamos-dice Peeta, el chico del distrito 12.
-Podrá ser. Vamos, antes de que ataquen la Cornucopia-dice la chica de los cuchillos.
Una vez que ya se han ido y no se les escucha, me siento, examinando mi rodilla izquierda. Cada vez que intento ponerme de pie un dolor terrible la recorre. Creo que he sufrido una luxación en ella, ya que no tiene aspecto de rotura. Poco después, intento poner la rodilla en su sitio, pero no tengo suficiente fuerza como para lograrlo. Así que me levanto, apoyándome en un árbol, y me preparo para darme un golpe seco en la pierna. <<Debo aguantar>> Me golpeo la rodilla fuertemente contra el árbol, aguantando mis ganas de gritar de dolor, y por fin consigo colocarla en su sitio. Una vez sentada en el suelo por el dolor, me limpio la cara con la mano, ya que la tengo empapada en lágrimas, pero aunque me duele la rodilla, no puedo permitirme hacer ruido, por lo que reprimo mis ganas de llorar, lo que hace que suelte algunos sollozos silenciosos.

Espero que les haya gustadoo, la semana que viene será el próximos.
Besos :)) 

Los juegos de la Comadreja: Capítulo 6



El sol empieza ha alzarse sobre mi cabeza. Durante el camino de vuelta, no puedo dejar de pensar en Peeta. Una parte de mi quiere correr en su ayuda, protegerlo de los profesionales, pero por otra parte, quiero concentrarme en seguir mi objetivo, lograrlo, por lo que si ayudo a Peeta, puedo correr mucho peligro, y perder la vida en el intento. Ambas opciones son persuasivas, pero hay diferencias: la primera opción es más peligrosa, por el simple hecho de estar más expuesta a mis enemigos, la segunda opción también puede resultar cara, si tenemos en cuenta que han estado a punto de matarme una vez y no se sabe cuantas más de aquí en adelante. La cabeza me da vueltas. Estoy algo mareada por la perdida de sangre, además he de destacar que no he comido nada desde bien entrada la noche, y esta paranoia que yo sola estoy formando dentro de mi cabeza no me ayuda mucho, que digamos. Despejo mi mente, concentrándome en lo básico, llegar viva a la cornucopia, y si es posible, acercarme al lago y lavarme un poco el pelo, que lo tengo un poco tieso. Salteando rocas y pequeñas ramas, como de costumbre, consigo llegar hasta mi destino. La rabia me consume. El chico del tres que han casi mato pero que deje con vida por piedad esta vivo, entre los profesionales. Sin precaución ninguna, empiezo ha avanzar entre el follaje de los pocos árboles que se hallan ante mí. Con paso decidido, subo a unos de los árboles que están al linde del bosque. Olvidando por completo que tengo pocas posibilidades de escapar con vida si me atrapan. Alzo ambos brazos, sujetándome a la rama más alta que consigo alcanzar. Hago esfuerzo en ambas manos, levantándome del suelo, apoyo una rodilla en la rama de la mano derecha y termino de subir. Me acuclillo en rama, que por ahora no da indicios sobre que no soporte mi peso. Desde mi posición consigo verlo todo, cada milímetro de la cornucopia y sus alrededores. A mi derecha se haya la gran montaña de comida, en la cual se ve que hay menos comida. Delante de mí,a lo lejos, se halla la cornucopia, dorada, reluciendo bajo los débiles rayos de sol. Y por último, a mi izquierda se halla el lago, donde los tres últimos profesionales se reúnen entorno al chico del tres, al que debería haber matado tiempo atrás. Todos ellos hacen lo posible para salvarle la vida a su amigo, mientras yo estoy aquí sentada, deseándole lo peor, que por culpa de mi debilidad no conseguí matarle cuando podía. La sangre de su cabeza empieza ha crear un pequeño charco de sangre a su alrededor, lo que indica que no hace mucho que han llegado aquí de haberlo encontrado moribundo en el bosque. Para de sangrar antes de lo que me esperaba, por lo que el chico del uno lo retira, y se dispone a llevarlo hacia un pequeño campamento que han montado cerca de la montaña, casi en el centro del claro. Lo deja allí donde los dos restantes se reúnen con él. Empiezan ha susurran, por lo que no puedo enterarme de lo que hablan, pero supongo que es sobre que van ha hacer ahora que su aliado esta inconsciente en el suelo. También estarán hablando sobre quién se quedara con él, ya que la expresión del dos muestra que esta muy alterado, y empieza ha alejarse de allí. Al final se queda Clove, la chica del dos, ya que su compañero de distrito parece ser el líder de aquella alianza, por lo que no iba a quedarse con él, mientras en el bosque hay tributos a los que matar, como Peeta. No se lo que paso ni como actuó, pero para que lo echen de su alianza y casi lo maten, grave debía de ser. Los dos chicos se marchan, y dejan a Clove sola, que más tarde, cuando se había asegurado de que estaban lo suficientemente lejos como para no oírla, empieza ha maldecir a sus compañeros a voz en grito, sin importarle si le atacan o no. Llevo varios días sin mirar al cielo por la noche para saber los tributos caídos en esa noche, contar los que quedamos, por los que supongo que quedaremos unos diez, más o menos. Poco después de acabar su berrinche contra todo, el del tres se despierte. Mis piernas se empiezan a dormir por lo que decido sentarme en la rama, con las piernas hacia abajo. Algo entumecido, el chico se incorpora, y empieza ha llamar a su amiga. No sé si se ha despertado por los gritos de Clove o por qué, pero creo que ella tiene que darle una explicación sobre lo que ha pasado. Con mala gana, ella se acerca a su posición y empieza ha relatarle todo lo sucedido. Cuando termina, le pregunta quién le hizo esa herida. Rápidamente agacha la cabeza, negándose a contestar la pregunta. <<Tiene demasiado orgullo como para decir que he sido yo>>. Sin decir una palabra, ella se aleja, con sus cuchillos en la mano, y se coloca cerca del algo, lejos de él. Timando la misma iniciativa, hace lo mismo, aunque primero se empieza ha rebuscar entre las pocas armas restantes. Coge un lanza, no muy larga, y se dirige hacia la cornucopia. Sobre la zona en la que en este mismo instante están situados, es en la que permanecen durante horas y horas, mientras poco a poco, voy desesperándome cada vez más. Cerca de las doce del mediodía, los dos chicos aparecen allí. El compañero de Clove se encuentra algo enfadado, por lo que es imposible intentar hablar con él sin que empiece ha culparte de todo, gritándote como si fuera el fin del mundo. Cansados de tanta discusión, se dirigen hacia sus provisiones. Donde con anterioridad había pequeñas piedras en el suelo, empiezan ha cavar. Cuando tienen la mitad de ellos hecho, el chico del tres y el del dos se dirigen hacia la cornucopia, y con sumo cuidado, cogen cada uno una mina y la lleva hacia donde están los hoyos. Primorosamente colocan las minas dentro, el chico del tres se acerca, toca algo de la mina, empiezan ha echan arena al hoyo hasta taparlo y hacen una pequeña equis en los lugares en los que no hay minas. Este procedimiento lo hacen hasta que no queda ninguna mina. Ahora robar comida no será tan fácil, por lo que me concentro en los lugares marcados, intentando acordarme de algún camino lo suficientemente apartado como para que en un momento de distracción pueda recorrer el camino, ida y vuelta, sin saltar por los aires y conseguir comida. Los profesionales empiezan ha practicar, uno a uno, para poder hacer un camino fácil. Por un instante, se me ocurre ver un camino fácil y un poco apartado. Con cuidado, bajo del árbol. Las piernas las tengo un poco dormidas, lo que hace que vaya un poquito lento hacia el principio del camino. Me adentro un poco en el bosque. Aunque estoy haciendo algo de ruido, los profesionales están tan enfrascados en su trabajo que parecen haber desconectado del mundo que los rodea. Una vez que estoy detrás del camino escogido, me dirijo hacia él. Me paro al borde de la espesura, comprobando que el trayecto hacia las provisiones es correcto. Una sonrisa ilumina mi cara. Es demasiado correcto como para ser verdad.  


Espero que les halla gustado.
Besos.
La próxima semana el siguiente :)