El camino es perfecto; fácil y
alejado. Es algo como: saltar hacia delante, dar pasos hacia los
lados, volver a saltar... Es fácil de memorizar, pero uno de los
problemas es que no crea que pueda poner a ahora ha intentar pasar
por él, ya que ellos están haciendo lo mismo y sería muy fácil
que me descubrieran. Un segundo después de decidir eso, creo que es
más prudente dejar una señal en el suelo para no olvidar el sitio
por el que es más seguro pasar. Me giro, buscando algo que pueda
servirme. Cuando muevo rápido la cabeza, mi pelo me da en la cara,
haciéndome cosquillas, por lo que me lo sujeto con las manos,
formando como si fuera un cola. Hace tiempo que no siento esta
libertad por lo sin darme cuenta me encuentro riendo a carcajadas. Me
tapo la cara con ambas manos, y empiezo a reír en silencio. Cojo una
hoja caída de un árbol y la coloco como señal. Con cara de loca,
de haber hecho algo horrible, con una sonrisa de joker, me interno en
el bosque, medio tropezándome. Me siento con la espalda pegada a un
árbol, y sigo riéndome, por lo que rato después empieza a dolerme
la barriga. Poco después, cuando el sol ya esta en lo alto, me
levanto, me sacudo la tierra que se me ha pegado al pantalón y me
dirijo hacia la cornucopia. Ahora que lo pienso, no parece tan
gracioso el hecho de sujetarme el pelo, pero por una vez me ha
gustado sentir otras emociones distintas a las que estaba
acostumbrada aquí dentro. Cuando llego a mi destino, el chico al que
debería haber matado, el del tres, ya se ha recuperado. La ira fluye
dentro de mí. <<No puedo creer que lo hubiera dejado con vida,
debería haberlo matado>> Intento controlarme, pero es casi
imposible. El chico ya puede moverse, andar con tranquilidad, pero no
creo que pueda correr y menos aún sobrevivir a un ataque, cuando
este solo. Para intentar no saltar sobre él en busca de pelea la
próxima vez, empiezo ha rodear por detrás la montaña, para
intentando encontrar el camino. Poco después encuentro la hoja que
había puesto se señal (y si no es esa se parece mucho). Cuando
llevo tiempo sin encontrar el camino, empiezo a sospechar si era la
hoja que había puesto, pero giro la cabeza y ahí esta el camino,
por lo que parece, no he estado prestando mucha atención mientras lo
buscaba. Empiezo a memorizar repitiéndome siempre los mismos pasos.
Saltar hacia delante, paso hacia la izquierda, salto hacia delante,
girar hacia la izquierda y saltar, paso hacia delante, girarse un
poco hacia la izquierda y saltar, mirar hacia la montaña y saltar.
Así continuamente, haciendo que me aburra. De repente empiezo ha
escuchar como los profesionales empiezan a gritar y maldecir. Me
levanto y me dirijo a ver que pasa. Cuando llevo, puedo ver como a lo
lejos hay dos grandes columnas de humo, que se elevan más allá de
diez metros por encima de los árboles. Tres profesionales se
internan en el bosque dejando al chico medio muerto al cuidado de sus
provisiones. <<Es mi ocasión>> pienso orgullosa. Doy
media vuelta y corro hacia el camino. Cuando llego, me dirijo hacia
la montaña, sin preocuparme de que puedan verme. Me coloco y salto
hacia adelanta algo más de un metro, doy un paso hacia la izquierda
y doy un pequeño paso hacia delante. <<En estos momentos tengo
el corazón en la mano, si doy un paso en falso, adiós a mi vida>>
Me giro hacia la izquierda, salto un metro aproximadamente y doy un
paso hacia delante. <<Ya estos muy cerca, no puedo fallar
ahora>> Me giro un poco hacia la izquierda, salto y vuelvo a
saltar dirección: la montaña. Me encuentro delante de ella y no me
ha pasado nada. <<Estoy eufórica>> Cojo lo primero que
encuentro, que resulta ser un trozo de carne seca, y me dispongo a
salir de nuevo. Repitiendo los mismos pasos pero a la inversa,
consigo salir de esa trama. Esta vez estoy dispuesta a matar al chico
del tres, pero hay alguien en el bosque, al otro lado de la montaña.
Con mi comida en la mano, me dirijo hacia el bosque, escondiéndome
en un lugar cualquiera, ya que lo importante es que quien sea que
fuese aquel tributo no este dispuesto a matarme. Empiezo ha observar
entre los árboles. Los profesionales no vuelven. El chico del tres
anda cerca de mi posición, lo que me pone en peligro. Pronto se
aleja, pero decido estar atenta por cualquier caso. De repente, veo
como una flecha sale de entre los árboles y va a parar en una bolsa
de manzanas. La flecha desgarra la bolsa, formando un agujero por el
que poco a poco empiezan a deslizarse las manzanas hasta el exterior
de la bolsa. Cuando la primera de ellas toca el suelo, todas las
minas empiezan a estallar. El sonido de la explosión hace que me
duelan los oídos. Quien fue ese tributo, ha hecho lo correcto.
Aunque yo ya no puedo conseguir comida fácil, los profesionales
tendrán que buscar ellos solos la comida. Hay un gran revuelo en la
cornucopia, Clove y Cato han llegado, pero no se donde está el del
uno. Cato está muy enfadado, no para de gritarle al chico del tres,
lo que ni me molesta ni me incomoda. Unos segundos más tarde, Cato
agarra al chico por el cuello con ambas manos y rápidamente, le da
un giro hacia la izquierda, matándolo. Su muerte es una sorpresa
para mi, aunque quería que muriese, no me esperaba que fuese tan
rápida. Me interno en el bosque. Los profesionales ya no tienen nada
que me importe. Suena un cañón. El chico ya está muerto del todo.
Cada vez somos menos. Solo uno puede sobrevivir. Solo uno conseguirá
la victoria. Solo uno será colmado de riquezas. Y pienso ser yo.
Espero que les haya gustado
Besos :)
Quien fue ese tributo, ha hecho lo correcto. Aunque ya no puedo conseguir comida fácil, los profesionales tendrán que buscar solo ellos la comida. Hay un gran revuelo en la cornucopia goodnightpublishing.com/apps-android-para-escuchar-musica-sin-internet/
ResponderEliminar