jueves, 10 de octubre de 2013

La vida de Peeta antes de los juegos: CAPÍTULO 6

Después de bastaaaaaaante tiempo, hemos tenido tiempo de escribir un capítulo más de ''La vida de Peeta antes de los Juegos'', aquí os lo dejamos ;)





Capítulo 6

    Hoy es un día muy especial para mí, aunque para el resto no sea importante. Hoy es mi cumpleaños. Puedo decir que oficialmente tengo 7 años. Hoy pienso esperar a que mi madre venga a despertarme a gritos, voy a permitirme dormir un poco más, aunque que sea mi cumpleaños o no a mi madre le da igual, me quiere despierto y ayudando, aunque me tenga que despertar mediante palizas, sea cual sea el día del año.
    Nunca tengo pastel de cumpleaños, solo tuve uno una vez, y apenas lo recuerdo. Tenía un año y mi padre me hizo un pastel de color naranja atardecer, mi color favorito. Cuando mi madre vio que iba a comer el pastel que me había hecho mi padre me riñó, me lo quitó para venderlo en la panadería y abofeteó a mi padre. Mi padre es un hombre bondadoso, pero no es débil, pero ante mi madre todo ser de la tierra es débil.
    Una mano firme y segura me agita el hombro y me veo obligado a abrir los ojos y abandonar mis pensamientos. Ante mí está mi padre, antes de que pueda hablar me tapa la boca con la otra mano y me susurra:
-Silencio Peeta, tengo algo para ti. Sígueme.- empieza a girarse apartando la mano de mi boca y la de mi hombro, pero se detiene- Se me olvidaba , feliz cumpleaños Peeta.
     Mi padre sale de la habitación así que me levanto, me visto y bajo silenciosamente las escaleras. Y allí estaba mi padre con un pequeño pastel naranja con la frase ''Feliz cumpleaños Peeta'' escrita en letras verdes. No solo se había acordado de mi cumpleaños sino que me había hecho un pastel arriesgándose a la regañina de mi madre. 
    Dejo el pastel sobre la mesa y corro a abrazar a mi padre.
-Muchas gracias papá. No esperaba ningún pastel.-le digo con una voz cargada de felicidad.
-Sabes que no tienes que agradecerlo, Peeta. Ahora corre y vete con tus amigos antes de que te vea tu madre, hoy puedes quedarte fuera todo el día, hoy es tu cumpleaños, debes disfrutar.- Estoy un poco anonadado, me dan un pastel y no tengo que hacer nada, éste año será un gran cumpleaños.- Venga Peeta, corre y vete.
    Hago lo que me dice y salgo corriendo por la puerta de atrás.
    Antes de irme mi padre me ha dado un caja para guardar el pastel, así que corro todo lo que puedo intentando no aplastar el pastel dentro de la caja.
    Llego hasta la parte de la alambrada donde están mis amigos, entre ellos está Delly, la chica rubia, siempre es muy amable con todos, y también estaban sus amigas, obviamente.
-¡Hey Peeta!-dice Delly alzando el brazo y saludándome mientras llego corriendo.-¡Feliz cumpleaños!
-¡Eh! Verdad, ¡Felicidades Peeta!-dice Fred, uno de mis amigos, que está a su lado.
    El resto también me felicitan así que entre el barullo de felicitaciones consigo entender ''¡Feliz cumpleaños!'' y  ''¡Felicidades, Peeta!'' .
-Gracias a todos.-la sangre me ha subido a las mejillas.-Mirar.-abro la caja y para que vean el pastel.- Lo ha hecho mi padre, se supone que era para mí, pero quiero compartirlo.-nadie coge pastel.- Vamos, coged, no importa, quiero compartirlo con vosotros de verdad.
    Delly se acercó y cogió un trozo. (Mi padre había tenido el detalle de cortarlo antes de decorarlo).
    Cuando Delly se retira todos cogen un trozo y comen el pastel. Yo también cojo uno.
    Después de habernos terminador el pastel, jugamos cerca de la alambrada a pillarnos unos a otros diciendo ''Tú la llevas''.
    Le tocaba llevarla a Delly, estoy corriendo cerca de la alambrada cuando veo a una niña pequeña con dos trenzas rubias correr hacia mí, pero se para unos metros lejos de mí. Se agacha en el suelo y empieza a coger flores alegremente. Al instante llega su hermana mayor, con sus dos trenzas castañas golpeándole la espalda mientras corre. No despega los ojos de su hermana ni un segundo. Cuando llega junto a su hermana, se agacha a su lado.
-Prim, no puedes salir corriendo así. Vamos a casa, ¿vale? Papá y mamá estarán preocupados.-le dice la mayor a la pequeña.
    Sin esperar respuesta se levanta, le da la mano a su hermana y la ayuda a levantarse. Las dos niñas de las trenzas se alejan mientras las observo.
    He vuelto a ver a Katniss y de nuevo no me he atrevido a hablarle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario